Más de 200 km desde Blanes hasta Portbou, plagados de pueblos de pescadores, casas encaladas y callejuelas estrechas, espacios naturales y playas impresionantes escondidas entre la vegetación mediterránea en las que querrás quedarte a vivir.
Definida así por el periodista Ferrán Agulló en 1908, el nombre viene dado por su paisaje abrupto y agreste, que puedes recorrer a pie gracias al Camino de Ronda, que comunica las diferentes poblaciones y te dan la posibilidad de conocer y descubrir todos los rincones de la Costa Brava.
Estando tan cerca de este tesoro, siempre que tenemos ocasión escapamos a coger aire, descansar y ver de cerca flora y fauna. Queremos compartir con vosotros nuestro top 10, y, al final del post encontrarás un mapa para saber cómo llegar.
- Cala Roca Grossa
Entre Calella y Sant Pol de Mar, Roca Grossa es una cala pequeña a la que solo se puede acceder a pie desde el paseo de Calella, y su nombre viene por las grandes rocas que separan las calas y sirven de solárium a los cormoranes.
- Platja de Sa Boadella
Tradicionalmente nudista, pero con gran afluencia del resto de usuarios, esta playa premiada con bandera azul está situada en Lloret de Mar en un entorno muy virgen y el acceso es a pie.
- Cala Pola
Para acceder a esta calita tienes que atravesar el “Camping Pola”. Hay que tener en cuenta que dependiendo de la temporada puede ser complicado encontrar plaza de aparcamiento. Familiar y de agua cristalina, Cala Pola cuenta además con los servicios propios del camping, duchas, supermercado, etc. Y es zona de llegada y salida de barcos turísticos que realizan excursiones por esa zona de la costa, pudiendo llegar hasta el centro de Tossa o Cala Giverola. Puedes adquirir los billetes ahí mismo.
- Cala S’Alguer
Esta minúscula cala de Palamós fue declarada por la Generalitat Bien de Interés Cultural en 1972, ya que conserva las tradicionales barracas de pescadores. Cala S’Alguer sobrevive al paso del tiempo, es la viva imagen del verano.
La caminata para acceder a la calita de piedra y fondo rocoso bien merece la pena para disfrutar de este paraje tan pintoresco.
- Calella de Palafrugell
Esta población suena a mar, a habaneras y sabe a erizos y arroz caldoso. Con el espíritu marinero de la zona, sus playas y calas son auténticos paraísos resguardados de todo.
Los paseos por las calles del pueblo, rodeados de mimosas, buganvillas y jazmines fueron una inspiración para nuestros estampados estrella, Maro y Begur.
- Cala Pedrosa
Llegar a esta calita de Tamariu es más fácil por mar que por tierra. El camino de acceso tiene cierta dificultad y desnivel, aunque ha mejorado con el paso de los años. Se tiene que dejar el coche en la carretera que va de Palafrugell a Tamariu y recorrer unos 800 metros hasta llegar a esta pequeña cala que hace honor a su nombre, ya que la superficie está formada por guijarros de diferentes tamaños.
- Platja de Fornells
Situada en la misma carretera de Begur que conduce hasta Platja Fonda i Aiguablava, Fornells es un pequeño núcleo que gira alrededor de su puerto deportivo y de algunas pequeñas calas que lo rodean.
El camino de ronda sirve de nexo para llegar a todas las pequeñas calas que forman el núcleo de Fornells, con la característica compartida de que la arena no es muy fina, pero se puede tomar el sol tranquilamente, y el agua es muy clara, por lo que es ideal para zambullirse y disfrutar del fondo marino.
Nuestros básicos White, Cloud Blue y Dusty Pink evocan los colores del mar y el cielo del atardecer en este paraíso.
- Sa Tuna
Un camino de curvas rodeado de pinares nos conduce hacia una de las calas más bonitas y pintorescas de la Costa Brava: casitas blancas, con toques de color en los portales, barcas varadas y las terrazas que invitan a pasar los días de verano. Además, desde Sa Tuna se puede dar un pequeño paseo, de unos 15 minutos, por el camino de ronda que lleva a la cala de Aiguafreda.
- Cadaqués
Considerado por muchos el pueblo más bonito de la Costa Brava, Cadaqués es un pueblo de postal y de película, un enclave único en un entorno aislado, tranquilo y amable para disfrutar del buen vivir.
Cadaqués se convirtió en el s.XX en un rincón de artistas surrealistas, escritores destacados, o bohemios que encontraron entre sus calles y paisajes la inspiración que buscaban, entre ellos Salvador Dalí. Para entender y sentir la obra de Dalí, es visita obligada el Teatro-Museo Dalí de Figueres, su particular mundo surrealista. Unos 40 kilómetros en dirección al mar llegamos al segundo paraíso del pintor: la casa Dalí de Portlligat, ubicada en una pequeña y tranquila bahía resguardada del Mediterráneo, muy cerca del pueblo.
- Cala Jugadora
Ejemplo de playa donde la tranquilidad y el entorno te cautivan, en pleno corazón de Cap de Creus. Formada por piedras y arena gruesa, y cuenta con unos fondos de arena blanca y roca que albergan una gran cantidad de vida que hará las delicias de los aficionados al snorkel y el buceo.